24 julio

VIERNES 24 DE JULIO: UN DÍA QUE SE TUERCE

El día de hoy tenia que ser muy especial para mi. Después de 5 campos de trabajo a las espaldas, por fin iba a pisar el Putumayo y iba a conocer el pueblo de los "Ingas", pero no todo ha salido como esperaba.

Sobre las 7:45 am, me han sobresaltado unos gritos del Padre Emili porque los perros que guardan el seminario le han dado tres mordiscos. Después de que le visitara el medico, y se recuperara del susto, hemos partido hacia el aeropuerto para viajar hacia Bogotá y Pasto.

El aeropuerto de Bogotá estaba algo cambiado respecto del año anterior, por lo que nos hemos perdido y hemos cogido el vuelo siguiente, pero al llegar a su destino el avión no pudo aterrizar debido a los fuertes vientos y hemos tenido que regresar a la capital colombiana.




La aproximación a Pasto ha sido muy bonita ya que esta rodeada de montañas pero al ver que no podíamos aterrizar la magia, la ilusión y la alegría del momento se han venido abajo. Al llegar a Bogotá, la compañía aérea nos alojo en un hotel y nos proporciono pasaje para el día de mañana.




El hotel que nos alojamos es fantástico. Nuestras habitaciones son inmensas y preciosas y mientras escribo estas líneas en el bar hotel pienso en poder disfrutar de las comodidades que nos ofrece con la ilusión de poder aterrizar mañana sin problemas en Pasto.




Atentamente.

Eduard Soler
Cooperante










No hay comentarios:

Publicar un comentario