12 agosto

LA EVALUACIÓN

Este fue un día distinto de todos los demás. Ya cuando nos levantamos éramos conscientes de que aquella tarde haríamos la evaluación de los campos de trabajo 2015, lo que irremediablemente significaba el fin de estos.



La mañana se me hizo eterna, ya que después de haber pasado unos 20 días arriba i abajo y bastante ajetreados, la tranquilidad del seminario de Medellín y la falta de actividad me incomodaron bastante. Aún así, aprovechamos la mañana para visitar el barrio que teníamos programado.


Empezamos visitando la capilla San José Manyanet, un pequeño templo donde se reúnen para celebrar la fe la comunidad, es pequeña pero acogedora.



Después  nos fuimos a ver a nuestro niños patrocinados y así reunirnos con ellos. Los tres eran de apadrinados de nuestros colegios de San Andrés, de Begues y de Molins de Rei. Les hace el seguimiento el P. Yuba, réctor de la parroquia Jesús, María y José de Medellín el cual nos mostró también la remodelación del templo. 


Tina aprovechó para hacer un video y las fotos a la chica patrocinada.




Y el P. Ängel y yo aprovechamos para hacer lo mismo (video y foto)  con el patrocinado por una de las clases de P-3 del colegio de Molins de Rei (lugar donde yo trabajo), lo que me hizo una ilusión especial, ya que así podría explicárselo a los alumnos.




Después del almuerzo partimos hacia el pueblo de Santa Fe. El calor y el bochorno que hacía allí me incomodó bastante, pero cuando vi la piscina i el césped de la casa donde pasaríamos la noche, este se hizo más llevadero.

Al poco de llegar a nuestro destino nos centramos en la evaluación. Esta fue muy bien y todos hicimos nuevas propuestas de cara al año siguiente aunque coincidimos en que nos habría gustado hacer más de lo que hicimos. Una vez finalizada la evaluación, disfrutamos de una parrillada de carne fecha en una barbacoa y nos refrescamos en la piscina.








Tina, Jose y yo quisimos pasar la noche en una hamaca y al aire libre. Esta fue una gran experiencia que recomiendo a todo el mundo y a diferencia de lo que había pasado en años anteriores, los mosquitos nos respetaron bastante y nos dejaron dormir.  

Eduard Soler
Cooperante

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