SONIDOS DE LA AMAZONIA
Algunos hemos
dormido en el porche, el despertar ha sido de película, en un “chinchorro” con los sonidos de
animales inimaginables, que también se despertaban y la suave luz de un
amanecer lento y cálido.
La casa de nuestros
maravillosos amigos, Luza y Jorge, con una decoración y un ambiente lleno del
exotismo típico de la zona, nos arropa en todo momento y nos sentimos una vez
más como en casa.
Nos despejamos con
un chapuzón en la piscina, el agua está a una temperatura ideal. Después de un
apetitoso desayuno nos disponemos para hacer un poco de turismo por Santa Fe de
Antioquia y sus alrededores.
Cerca se encuentra “el Cauca” un rio que cruzamos paseando
por un puente colgante “el puente de
occidente” de más de 250 metros de largo, una construcción que impresiona
al igual que el rio por su anchura, aunque debido a la sequía su caudal estaba
mermado.
Algunos volvimos a Santa Fe en un “moto-ratón” que es el taxi típico del lugar. Después de visitar un hotel de arquitectura colonial auténtica y tomar un helado totalmente artesanal, volvimos a la casa para darnos otro chapuzón en la piscina y comer un “tamal” casi imposible de terminar. Aunque el día estaba un poco nublado y el sol no daba de lleno, el calorcito era intenso.
Para mí quedaba una parte importante en el viaje de vuelta a Medellín, la parada en un pueblito situado no muy lejos de la ruta,”Sopetrán”, con su iglesita, su placita y sobre todo su Virgencita del Sopetrán, que es la misma que la patrona de mi pueblo, Jarandilla de la Vera en la provincia de Cáceres, a la que todos sus habitantes le tenemos un cariño muy especial. Fue emocionante y el recuerdo será imborrable.
Con esa ilusión me
despido de todos. Un saludo muy cordial:
Valentina Mejías
Reigada.
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