1 agosto

1 de agosto de 2015: Festival Manyanet Solidario
 


 
 
Este sábado es un día especial, de encuentro fraternal y familiar. Hoy se reúnen en la parroquia de Santiago todos los niños/as apadrinados de Manyanet Solidario, estaban acompañados con sus respectivas familias. Nunca había visto tanta gente reunida en un mismo sitio.


 

 Todos estaban esperando las palabras de presentación del P. Emilio y de los cooperantes. Además cada vereda preparó unas canciones, unas poesías, unos bailes, ..., los cuales, hicieron que la velada fuera más amena y agradable. Todos hicieron lo posible para que se convirtiera en un evento único e inmejorable.




 
Por la tarde, los cooperantes hicimos una salida para conocer algunos pueblos del Valle, como Colón, Sibundoy y San Francisco. Pudimos disfrutar de las iglesias que tienen, por dentro eran preciosas, con magníficas imágenes, bien conservadas, etc. era como si te estuvieran invitando al recogimiento y a la oración. Salías distinto de como habías entrado.





 

 Todo esto, en medio de un precioso valle, lleno de vegetación, de colores vivos, que hacían que todo fuera fascinante, digno de contemplar y de no olvidar.

 
 


 
A la vuelta el P. Emilio nos comento que la familia de un ex religioso de nuestra congregación, nos había invitado a cenar a su casa. Ésta se encontraba en el vereda de Quinchoa Pamba. Mi sorpresa fue cuando al llegar nos estaban esperando unas 16 familias de la vereda, nos cogieron con un caluroso abrazo y nos invitaron a entrar y a sentarnos.



Al rato, nos expresaron su agradecimiento por haber apadrinado a sus hijos e hijas, sus palabras están llenas de vida, de emoción, etc. Solamente el hecho de escucharlas hacía que el corazón se te encogiera, que te emocionarás, no voy a ocultar, que alguna lágrima se me escapó.


Después nos dieron que entre todas las familias habían preparado una magnífica y suculenta cena. Antes de despedirnos, nos hicimos unas fotos con varias familias y sus hijos, querían tener un recuerdo de este momento vivido. Después volvimos a la parroquia, para retirarnos y descansar, ya que el día había sido muy movido e intenso.

                                                   CONTINUARÁ
P. Ángel Valero

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